¿Y AHORA QUE SOY YO?
_Bienvenida Angela.- Aro me espeto con mucha “dulzura” después de haber soltado mi mano.- mi nombre es Aro.
“como rayos sabe mi nombre”, me pregunte para mi adentros.
_Tal vez te preguntaras que es todo esto. Pero tranquila mas adelante te explicaremos.- paso sus helados brazos por mi hombros, y me hizo seguir hasta el centro, justo adelante de los otro dos hombres.- te presento a Cayo.- señalo al hombre con cabello rubio platinado(casi blanco).- y el es Marcos.- ahora señalo al ultimo hombre, que parecía... aburrido. Si ese era la palabra, un hombre, con cabello negro por debajo de los hombros, mirando a lo lejos en el horizonte.
Mis ojos recorrieron cada uno de los rostros que cayo iba presentando: Eleazar, Sulpicia, Atenodora, Heidi, Renata, Felix, Demetri, Chelsea....
_Y ellos son Alec y Jane.- el interpelado señalo hasta donde estaban ubicados mis dos “escoltas”.- ellos son los gemelos mas apreciados de toda esta familia.
Aquellas dos pequeñas figuras detallaban inconformidad, tal vez seria con mi presencia. No es que yo estuviera muy a gusto con todo eso. Pero yo por lo menos tenia la decencia de ocultarlo.
_Ya debes estar exhausta.- volvió hablar Aro.- y hambrienta.- esta vez me soltó de sus brazos y miro a los gemelos.- Jane querida, por favor lleva a Angela a la sala de recepción.- este le guiño un ojo, y la interpelada solo asintió y voltio a mirarme de forma repulsiva, (otra vez).- y por favor Alec acompáñalas, y muéstrale sus habitaciones a los hermanos.- este asintió.
Pero había dicho hermanos. Sera que....¿sera posible?, ¿mi hermano estaba vivo?. WOW que emoción. Mi hermanito estaría vivo y podríamos salir huyendo de ese feo lugar...¿o no?.
Los tres caminamos en silencio a lo largo de extensos pasillos. Jane iba adelante, yo en el centro y por ultimo Alec. Íbamos en fila. Llegamos a una pequeña sala, que hacia juego con el resto del castillo, con paredes color canela, una gran chimenea que iluminaba aquella chica pero hermosa sala, estaba vacía, o eso yo creía. En un rincón oscuro, en donde la luz tune no llegaba en su completa totalidad se hallaba una silueta de mediana estatura, con rasgos fino muy parecidos a los míos. Vi a Jake que estaba recostado en un pequeño rincón con los ojos cerrados.
_¡JAKE!.- el levanto su mirada, mientras yo corría y me le abalanzaba encima.- oh hermano estas bien.- mis sollozos interrumpían mi habla.
_¿Pero que haces aquí?.- me beso en la frente y me tomo por la mandíbula.
_No entiendo que pasa.- mis sollozos se hacían mas exasperantes.
_Ellos son vampiros.- me dijo mirando a el publico que teníamos. Alec y Jane. Con voz ahogada pero a la vez firme.
_¿Que?.- mi cabeza daba vueltas, ¿como podía ser?, los vampiros no existen...¿o si?.
_Son vampiros Angi.- me tomo por los hombros.- todos, todos ellos son vampiros y pretenden convertirnos en vampiros, igual a ellos.- esta vez sus fracciones se pusieron tensas, y sus ojos me miraban con suplica y dolor.
Mi confusión se hacia mas y mas grande. Tenia que entender, debía entender todo lo que estaba pasando. Me debilite por unos segundo, pero no debía, tenia que ser fuerte.
_Pero,¿ por que?.-mi voz se desvaneció junto con mi llanto.
_Porque ellos piensan que los dos tenemos “superpoderes” o eso, que les pueden hacer mucha gracia en su matanza.- su mandíbula tomo su forma original, y sus fracciones se relajaron.
Esta vez si entendí lo que había ocurrido en aquella sala. Llegue yo, el tal Alec le había dicho a través del tacto a Aro que yo era “Sangre fresca”. El llamo a el tal Felix para que me desmembrara y rompiera mi cuello, hasta cuando el otro tipo raro, había pronunciado un grito ensordecedor para que se deteniese y así no matar a ten importante arma...o así pensaba.
_¿Y si nos negamos?.- hice frente a los hermanos, que todavía estaban como estatuas situados en la entrada de la sala.
_Pues morirán.- Alec me “fulmino” con la mirada, pero en cambio hablo muy tranquilo.
_Y de la peor forma.- concluyo su hermana con tono amenazante.- y ya fue mucho del “encuentro familiar”.- nos miro con repugnancia.- Aro quiere que lo lleve a sus respectivas habitaciones para que se cambien y así esperen hasta que el los llame.
_Así que si son tan amables...- Alec señalo la puerta de salida.
Mi hermano me tomo de la muñeca y salio enfurruñado, hasta que Alec lo detuvo.
_Tu vas con mi hermana y tu.- me miro.- iras conmigo.
_¿Y por que tiene que ser así?.- fue una pregunta estúpida que no debí hacérsela a un vampiro.
_Si quieres vivir un ataque de vampiro, entonces anda con Jane.- este le guiño el ojo a la interpelada y esta solo mostró una devastadora sonrisita.
_Si es así, entonces iré contigo.
_Eres muy lista.- me espeto Jane en la cara.- y por tu bien mejor mantente alejada de mi.- guiño el ojo y luego miro a mi hermano.- sígueme, y sera mejor que tu no me hagas enojar, porque te dolerá.
_Como sea.- Jake se zafo de las manos de Jane y fue hasta donde yo estaba.
_Todo estará bien.-me beso de nuevo en la frente y luego su fue con Jane.
Yo me quede petrificada al ver como mi hermano se alejaba con esa bruja devastadora. Nunca me cayo bien Jake, pero esta vez estaba muy preocupada por el. Miraba en sus hoyuelos perfectamente parecidos a los mio, dolor, resignación y gran remordimiento. Por un momento quise correr tras de el y pedirle que corriéramos, y nos fugáramos como lo hacíamos con nuestra tía. ¡Oh! Recordé a mi tía, mi queridisima tía ya no estaba, y todo por culpa de asquerosos chupa-sangre. ¿quien se la habrá “comido”?, Tal vez Cayo o Heidi y hasta la misma Jane. Esa chiquilla que fuera sido la pesadilla de cualquier infante.
Pasaron los segundos hasta que no vi mas a las dos siluetas que flameaban por los extensos pasillos. Si no fuera sido porque alguien con manos heladas me fueran tocado, tal vez ya estaría en el suelo, tendida llorando y ¡por mi hermano!, que irónico.
_¿Nos vamos?.- Alec seguía de pie tras de mi, esperando una respuesta prudente de mi parte.
_S...si.- tartamudee.
_Pues entonces no perdamos tiempo.- chasqueo los dedos y me llevo a rastras, hasta que fui capaz de caminar por mi cuenta.
_Eres tan débil.- no me había percatado de que estábamos caminando por un estrecho pasillo, hasta que Alec me halo con fuerza.- claro todos los humanos son débiles, por eso son nuestro alimento.
Un frió recorrió mi espina dorsal, pero con todo esto que estaba ocurriendo no me importaría que me asesinasen de una vez por todas.
_¿Por que no acabas con todo esto de una vez?.- me logre zafar de sus brazos al mismo tiempo que me le encaraba.
_¿Terminar que?.- parecía confundido.
_¿Por que de una vez por todas drenas mi sangres y te evitas todo esto?.- sus ojos se abrieron como platos, pero eso no evito que me respondiera con odio.
_¿Y no piensas que si fuera tenido oportunidad ya lo habría hecho?.
Esta vez quise estallar y decirle sus cuatro verdades, pero de un momento a otro mi subconsciente se dividió en dos. Por una parte estaba el lado prudente y por el otro el lado imprudente. “estas loca, el es un vampiro, podría matarte”, mi lado prudente si que era prudente. Mientras que el otro lado “yo que tu le diera un puntapié y saliera huyendo”, mi lado imprudente me incitaba, pero no, el era un vampiro y podría matarme en segundo, y no quería que mi hermano quedara solo en todo esto, así que le hice caso al lado prudente. Pero de todas formas no me iba a quedar con las ganas.
_¿¡Y por que no lo haces ahora!?.- sentí como mi pulso cambiaba dramáticamente, y mis venas se inundaban con adrenalina.- ah ya se, porque eres un baboso chupasangre sentimental.
Esta vez mi mente dio un respingo, y me arrepentí de haber dicho esa estupidez.
_Eres una completa tonta, ¿crees que me importas?.- cruzo los brazos.- ni en lo mas mínimo. Y es mejor que nos apuremos, antes de que me harte de ti y termine tomándote como mi merienda.
Mi corazón se volcó ante sus palabras. ¿como es que sentía algo hacia aquel vampiro?. No el era un asesino y tal vez dentro de poco yo estuviera convirtiéndome en una.
Llegamos a el final del pasillo. En el fondo se encontraba ubicaba una pequeña puerta de roble cristalizado que daba un aspecto sombrío. Pero cuando Alec abrió la puerta toda señal de frialdad se desvaneció y vi que algunas apariencias engañan. El interior se encontraba mas luminoso, mas vívido, todo encajaba en una perfecta alcoba de doncella en un típico
cuento de hadas. En el centro se ubicaba una cama, muy al estilo medieval, en realidad todo era estilo medieval. Una enorme ventana recubierta por una sutil cortina de terciopelo rojo, junto a ella un piano de madera de pino negro, dos mesitas de noche, ubicado a cada lado de la cama, un closet grande, demasiado grande, que encajaba en un extremo de la pequeña habitación, un antiguo baúl frente a la cama, una mini biblioteca y varios sillones esparcidos.
Por un momento me sentí en casa, sentí toda esa dulzura de un lugar propio, en donde nadie te privaría de los mas locos e inhóspitos deseos de sentirte libre en tu propio lugar, en tu propia comodidad. Sentí un profundo deseo de echarme en la cama, y tener uno de los mas “relajante” y “profundo” sueño de todo mi odiosa y fea vida, pero recordé que no estaba sola, que Alec aun seguía conmigo.
_Gracias.- mi voz sonó quebrada y tímida. Espere a que el me respondiera de una manera muy fría, o tal vez se haya olvidado de lo ocurrido.
_Heidi vendrá pronto con algunas cosas para ti. Quédate aquí hasta que yo te venga a buscar.- su rostro emanaba frialdad y su voz rudeza.-¿te quedo claro?.- solo me limite asentir, y el salio de la habitación.
Mire por la ventana como el nuevo amanecer se acentuaba el el esplendido cielo azul, que elogiaba una fuerte sensación de tranquilidad. No me había percatado de que las horas se habían pasado volando. Que ya no volvería hacer la misma, y me limitaría a forcejear en un mundo incoherente donde yo seria la protagonista. Recordé que unas horas atrás yo estaba sola, corriendo por las calles como loca buscando a dos personas que eran el centro de mi vida, y ahora solo estaba una de ellas.
Una pequeña lagrima forjo para brotar por mi mejilla. Deseaba que una burbuja me encerrara y nadie me hiciera daño, e ir tras mi hermano y también encerrarlo. Era extraño, pero luego unas tras otras fueron las lagrimas que inundaron mi rostro.
Así quede por largo rato, hasta que las ganas de salir de este mundo inconcluso me lleno y me quede profundamente dormida.
Cuando desperté, me di un enorme susto. Heidi la chica que Alec me había dicho que venia, estaba sentada en un sillón ubicado cerca de la puerta. Estaba leyendo un libro, pero cuando me miro lo dejo a un lado y pregunto con una dulce voz.
_Lo siento si te desperté.- ella sonreía.- pero es que llevo mas de diez horas esperando a que te despiertes.
Un momento dijo ¡diez horas!, wow cuanto he dormido.
_¿Que hora es?.- me limite a preguntar.
_Casi las 4pm. Has dormido mucho.- seguía sonriéndome.- Aro me mando para que me diera lo que necesitaras.
_Asearme.- le conteste muy soñolienta.
_Si lo sabia.- me guiño un ojo.- en el baño hay algunas cosas para el aseo personal.- señalo una pequeña puerta que se ubicaba a un extremo de la pequeña pera grande habitación.-y aquí en el armario hay ropa que yo traje especialmente para ti.- señalo el ropero.- espero que te quede. Creo que eres de mi misma talla.-me miro de arriba a abajo pero luego sonrió.-ah y se me olvidaba.- dijo levantando una caja de pizza.- te traje la cena. Como entenderás aquí nadie come, y por lo tanto nadie cocina.- dijo divertida.- así que mientras hablan sobre tu transformación creo que te tendrás que conformar con pizza, igual que tu hermano.- yo le sonreí, en verdad ella me caía muy bien.-y te dejo, para que te asees y comas antes de que venga el “señor” gruñón por ti.- remarco señor, y di a entender que era Alec.
Me carcajee en silencio, pero Heydi lo noto.
_Hey es verdad. Alec es un gruñón, debería conseguirle una pareja para que fuera mas divertido.- ella guiño el ojo y se carcajeo, yo le seguí y luego le hable.
_Gracias Heidi.- ella puso expresión confusa.
_Oye de nada, pero recuerda que fue Aro el que me mando.
_No, no por ser la única en este castillo que no me odia.-dije algo melancólica, pero su perfecta sonrisa me animo de nuevo.
_Hey, en este castillo no todos somos gruñones.- contesto divertida.- apuesto a que Felix o Renata e incluso Chelsea pueden llegar a ser tus amigos.-sonrió.- y yo tu mejor amiga.
Me ilusione mucho, ahora por el resto de la eternidad tendría a alguien con quien divertirme, contarnos nuestros secreto , e incluso hacerle la vida imposible a los hermanos terrorífico.
_Un millón de gracias.- le dije muy apresurada.- sabes ya te siento como mi hermana.-nos carcajeamos al unisonido y luego ella apunto.
_Y no te preocupes por nada, que yo voy a estar aquí para ayudare.-sus palabras me llegaron al corazón.- y es mejor que te apures, no valla a ser que venga tu sabes quien y te de problemas.- volvió a guiñarme el ojo(como me gustaba que me guiñara el ojo), y luego salio de la habitación.
Me encamine velozmente a el baño. Deje que el agua de la ducha me llenara y me relajara, no quería apresurarme, así que me quede por muchos minutos en el baño, esperando a que fuera el momento indicado para volver a prepara mi mente para lo que viniera.
Luego de salirme, abrí el armario y espere encontrarme con una sola prenda, o un solo conjunto, pero no fue así. El interior estaba abarrotado de hermosas prendas, de diversos estilos, colores y modelos, (claro todos eran de colores oscuros). También había una cantidad exagerada de calzado. Modelos italianos, franceses, entre otros. Me quede impresionada con la cantidad de texturas y formas de los vestidos, boleras, suertes, abrigos, camisas y uno que otro jeans desgastado. No decidía, así que pensé que lo mejor era ponerme un vestido de lana ligera gris muy juvenil que se veía muy encantador, junto con unas medias pantis negras y mis viejas converse, que jugaba muy bien con el conjunto.
....Continuara .....
